| Inicio | ¿Sabias qué? | Reflexiones |
San Juan 20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
A lo largo de un embarazo, la madre no puede ver a su bebé, sino hasta el momento del nacimiento y por largos 9 meses o 40 semanas, ella solo siente a su bebe crecer, moverse dentro de ella. Pues aunque no pueda ver o tocar físicamente a su bebe, ella tiene la certeza de que el nene existe y está vivo. No lo duda ni un momento. Pues hay evidencias de que él vive dentro de ella.
Al igual que esto, es la presencia de Dios, no lo podemos ver, o tocar físicamente, porque Dios es espíritu, y es Santo. Sin embargo podemos sentirlo con el corazón, mirarle con los ojos de nuestra alma, DIOS no se deja ver físicamente, pero si nos deja ver las evidencias de su real y hermosa existencia, ¿Dónde?: En su creación, Dios ha hecho todo cuanto vemos, no existe la madre naturaleza, pues la naturaleza es creación de Dios y a el mismo le sirve, incluso podemos ver a Dios en el milagro de la vida, en la sanidad, en las oraciones que elevamos, en los hermanos que comparten nuestra fe, pues no somos producto de ninguna casualidad o destino, somos el plan de Dios, somos sus hijos. Aun en medio de las necesidades o de algún dolor quienes somos hijos del Señor Jesús podemos sentirlo, y aunque no lo tocamos físicamente no podemos negar su fehaciente existencia. Por ejemplo: el viento, no lo podemos tocar, ni tiene color u olor, pero se siente indudablemente. No te pierdas la bendición de Dios, como lo hizo Tomas, allá en los tiempos de Jesús, quien no creyó hasta que no vio, pues para nosotros los que creemos y amamos a Dios hay una promesa especial: Somos bendecidos por Dios, porque sin verle creemos en El.
Fortalezcamos nuestra fe, fe en el Señor JESUCRISTO. Y confiemos totalmente en su palabra.
Dios te bendiga.