Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa,
que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam
hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.
2
Dijo: Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde
Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del
Carmelo.
3
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
4
Prenderé fuego en la casa de Hazael, y consumirá los
palacios de Ben-adad.
5
Y quebraré los cerrojos de Damasco, y destruiré a los
moradores del valle de Avén, y los gobernadores de Bet-edén; y el pueblo de Siria será
transportado a Kir, dice Jehová.
6
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Gaza, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a
Edom.
7
Prenderé fuego en el muro de Gaza, y consumirá sus
palacios.
8
Y destruiré a los moradores de Asdod, y a los gobernadores
de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los filisteos perecerá, ha
dicho Jehová el Señor.
9
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Tiro, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom, y no
se acordaron del pacto de hermanos.
10
Prenderé fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus
palacios.
11
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo
afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor.
12
Prenderé fuego en Temán, y consumirá los palacios de
Bosra.
13
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de los hijos de
Amón, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque para ensanchar sus tierras
abrieron a las mujeres de Galaad que estaban encintas.
14
Encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus
palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso;
15
y su rey irá en cautiverio, él y todos sus príncipes,
dice Jehová.
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Moab, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque quemó los huesos del rey de Edom hasta
calcinarlos.
2
Prenderé fuego en Moab, y consumirá los palacios de
Queriot; y morirá Moab con tumulto, con estrépito y sonido de trompeta.
3
Y quitaré el juez de en medio de él, y mataré con él a
todos sus príncipes, dice Jehová.
4
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jehová, y no guardaron
sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus
padres.
5
Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los
palacios de Jerusalén.
6
Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el
cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un
par de zapatos.
7
Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los
desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma
joven, profanando mi santo nombre.
8
Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier
altar; y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses.
9
Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era
como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus
raíces abajo.
10
Y a vosotros os hice subir de la tierra de Egipto, y os
conduje por el desierto cuarenta años, para que entraseis en posesión de la tierra del
amorreo.
11
Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros
jóvenes para que fuesen nazareos. ¿No es esto así, dice Jehová, hijos de Israel?
12
Mas vosotros disteis de beber vino a los nazareos, y a los
profetas mandasteis diciendo: No profeticéis.
13
Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se
aprieta el carro lleno de gavillas;
14
y el ligero no podrá huir, y al fuerte no le ayudará su
fuerza, ni el valiente librará su vida.
15
El que maneja el arco no resistirá, ni escapará el ligero
de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.
16
El esforzado de entre los valientes huirá desnudo aquel
día, dice Jehová.
Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros,
hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:
2
A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la
tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.
3
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
4
¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el
leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare?
5
¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador?
¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo?
6
¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará
el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?
7
Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su
secreto a sus siervos los profetas.
8
Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el
Señor, ¿quién no profetizará?
9
Proclamad en los palacios de Asdod, y en los palacios de la
tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved las muchas
opresiones en medio de ella, y las violencias cometidas en su medio.
10
No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiña y
despojo en sus palacios.
11
Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo
vendrá por todos lados de la tierra, y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán
saqueados.
12
Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de
la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de
Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho.
13
Oíd y testificad contra la casa de Jacob, ha dicho Jehová
Dios de los ejércitos:
14
Que el día que castigue las rebeliones de Israel,
castigaré también los altares de Bet-el; y serán cortados los cuernos del altar, y
caerán a tierra.
15
Y heriré la casa de invierno con la casa de verano, y las
casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová.
Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte
de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a
vuestros señores: Traed, y beberemos.
2
Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen
sobre vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes con
anzuelos de pescador;
3
y saldréis por las brechas una tras otra, y seréis echadas
del palacio, dice Jehová.
4
Id a Bet-el, y prevaricad; aumentad en Gilgal la rebelión,
y traed de mañana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres días.
5
Y ofreced sacrificio de alabanza con pan leudado, y
proclamad, publicad ofrendas voluntarias, pues que así lo queréis, hijos de Israel, dice
Jehová el Señor.
6
Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y
hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.
7
También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e
hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió,
y la parte sobre la cual no llovió, se secó.
8
Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua,
y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová.
9
Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró
vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero
nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.
10
Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a
espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de
vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.
11
Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a
Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice
Jehová.
12
Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque
te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel.
13
Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento,
y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las
alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre.
Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre
vosotros, casa de Israel.
2
Cayó la virgen de Israel, y no podrá levantarse ya más;
fue dejada sobre su tierra, no hay quien la levante.
3
Porque así ha dicho Jehová el Señor: La ciudad que salga
con mil, volverá con ciento, y la que salga con ciento volverá con diez, en la casa de
Israel.
4
Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y
viviréis;
5
y no busquéis a Bet-el, ni entréis en Gilgal, ni paséis a
Beerseba; porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Bet-el será deshecha.
6
Buscad a Jehová, y vivid; no sea que acometa como fuego a
la casa de José y la consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague.
7
Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la
echáis por tierra,
8
buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las
tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del
mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre;
9
que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y hace que el
despojador venga sobre la fortaleza.
10
Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y
al que hablaba lo recto abominaron.
11
Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él
carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis
hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.
12
Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros
grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales
hacéis perder su causa a los pobres.
13
Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo
es malo.
14
Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así
Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís.
15
Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia
en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José.
16
Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: En
todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador
llamarán a lloro, y a endecha a los que sepan endechar.
17
Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en medio
de ti, dice Jehová.
18
¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué
queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz;
19
como el que huye de delante del león, y se encuentra con el
oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra.
20
¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz;
oscuridad, que no tiene resplandor?
21
Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me
complaceré en vuestras asambleas.
22
Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras
ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales
engordados.
23
Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé
las salmodias de tus instrumentos.
24
Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como
impetuoso arroyo.
25
¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto en
cuarenta años, oh casa de Israel?
26
Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y
Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
27
Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, ha dicho
Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el
monte de Samaria, los notables y principales entre las naciones, a los cuales acude la
casa de Israel!
2
Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat;
descended luego a Gat de los filisteos; ved si son aquellos reinos mejores que estos
reinos, si su extensión es mayor que la vuestra,
3
oh vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla
de iniquidad.
4
Duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus lechos; y
comen los corderos del rebaño, y los novillos de en medio del engordadero;
5
gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos
musicales, como David;
6
beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más
preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.
7
Por tanto, ahora irán a la cabeza de los que van a
cautividad, y se acercará el duelo de los que se entregan a los placeres.
8
Jehová el Señor juró por sí mismo, Jehová Dios de los
ejércitos ha dicho: Abomino la grandeza de Jacob, y aborrezco sus palacios; y entregaré
al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella.
9
Y acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa,
morirán.
10
Y un pariente tomará a cada uno, y lo quemará para sacar
los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno
contigo? Y dirá: No. Y dirá aquél: Calla, porque no podemos mencionar el nombre de
Jehová.
11
Porque he aquí, Jehová mandará, y herirá con hendiduras
la casa mayor, y la casa menor con aberturas.
12
¿Correrán los caballos por las peñas? ¿Ararán en ellas
con bueyes? ¿Por qué habéis vosotros convertido el juicio en veneno, y el fruto de
justicia en ajenjo?
13
Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No hemos
adquirido poder con nuestra fuerza?
14
Pues he aquí, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los
ejércitos, levantaré yo sobre vosotros a una nación que os oprimirá desde la entrada
de Hamat hasta el arroyo del Arabá.
Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba
langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío
después de las siegas del rey.
2
Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la
tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es
pequeño.
3
Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová.
4
Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el
Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de
la tierra.
5
Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a
Jacob? porque es pequeño.
6
Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo
Jehová el Señor.
7
Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro
hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil.
8
Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una
plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de
mi pueblo Israel; no lo toleraré más.
9
Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los
santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de
Jeroboam.
10
Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a
Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la
tierra no puede sufrir todas sus palabras.
11
Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e
Israel será llevado de su tierra en cautiverio.
12
Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de
Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá;
13
y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey,
y capital del reino.
14
Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy
profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres.
15
Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y
profetiza a mi pueblo Israel.
16
Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: No
profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.
17
Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera en
medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida
por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su
tierra.
Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí un
canastillo de fruta de verano.
2
Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un canastillo de
fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin sobre mi pueblo Israel; no lo
toleraré más.
3
Y los cantores del templo gemirán en aquel día, dice
Jehová el Señor; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar los echarán fuera en
silencio.
4
Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y
arruináis a los pobres de la tierra,
5
diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y
la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el
precio, y falsearemos con engaño la balanza,
6
para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un
par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?
7
Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás
de todas sus obras.
8
¿No se estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará
todo habitante de ella? Subirá toda, como un río, y crecerá y mermará como el río de
Egipto.
9
Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré
que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro.
10
Y cambiaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros
cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda
cabeza; y la volveré como en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo.
11
He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales
enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de
Jehová.
12
E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el
oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.
13
En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes
desmayarán de sed.
14
Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Por tu
Dios, oh Dan, y: Por el camino de Beerseba, caerán, y nunca más se levantarán.
Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el
capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al
postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.
2
Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano;
y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
3
Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los
buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del
mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá.
4
Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí
mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para
bien.
5
El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la
tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un
río, y mermará luego como el río de Egipto.
6
El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su
expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las
derrama; Jehová es su nombre.
7
Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de
etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los
filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?
8
He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el
reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa
de Jacob, dice Jehová.
9
Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel
sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae
un granito en la tierra.
10
A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que
dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.
11
En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David,
y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo
pasado;
12
para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre
posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.
13
He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara
alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes
destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
14
Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán
ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de
ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.
15
Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán
arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.