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“Si no encuentro en la sangre derramada por Cristo razón suficiente para abrazar mi cruz, es porque aún no he aprendido a amar como el Señor me ama. "
Nunca te quedes con los brazos cruzados, cuando el Salvador del mundo murió con los brazos abiertos.
La presencia de Dios es el mejor remedio contra todos los vicios.
Si quieres conocer la voluntad de Dios, la condición es "hacerte disponible"
Nunca pongas un punto de interrogación allí donde Dios ya ha puesto un punto final.
Todos los lazos y cadenas son rotos fácilmente por el amor de Dios.
Hay que pensar en Dios tan frecuentemente como se respira.
El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.
El ave descansa en el aire; la piedra, en el suelo; el pez, en el agua; y yo, en las manos de Dios.
Basta amar al Santo de los Santos, para llegar a ser santos.
Es fácil vivir en santidad cuando creo en la omnipresencia de Dios.
La santidad fingida no hace daño a ningún tercero, sino al que la usa.
El santo no es el ser humano que no cae, sino el ser humano que se levanta siempre, el ser humano que Dios halla siempre de pie.
Creo en Dios, como el ciego cree en el sol no porque no ve, si no porque lo siente.
La fe no es creer que Dios puede hacerlo, sino que lo hará.
La fe es diferente a la prueba, mientras que esta última es humana la primera es un Don de Dios.
Usted sirve a un Dios que hace sus pactos eternos.
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